Día caluroso de marzo de 1972 en una clase repleta del INVAL .
Luego del recreo los vapores de la adolescencia infectaban el salón; algunos hasta insoportables.
Don Yemo, sentado como siempre entre los alumnos, dictaba su curso cuando un olor nauseabundo nos invadió provocando risas y otras manifestaciones de desacuerdo.
Don Yemo dejó de dictar y antes de taparse la nariz con el pañuelo señaló a un alumno y le dijo:
-Vos, salite de mi clase inmediatemente-.
-Pero don Yemo, si yo no hice nada-
-No importa. Vos tenés cara de haberte tirado el pedo que me está ahumando a los clientes-
Se nos dio, entonces, por decirnos, Vos Ahumando, vamos a remachar; por ejemplo.
Jorge Guerra, Uesera
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