La reunión fue especial, tan especial como lo es reunirse después de 25 años de haber recibido el título de Maestro de Educación Primaria Urbana, más maduros, con más cana y menos pelo, con vientres un tanto más abultaditos, no por las cerchas si no por tener una buena esposa que los ha alimentado bien, pero siempre orgullosos de haber egresado del glorioso y Centenario Instituto de los eternos valores Antonio Larrazábal.
Con landívar presente en las aulas Instituto de eternos valores
Quien Pone un pie en el INVAL NUNCA LO OLVIDA
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