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Con landívar presente en las aulas Instituto de eternos valores

Quien Pone un pie en el INVAL NUNCA LO OLVIDA

miércoles, 18 de noviembre de 2009

DESDE LA MORENA CLIMATOLOGICA DE ORIENTE NOS ESCRIBE UN EXALUMNO DEL GLORIOSO. (Pra comentar hace click aqui y escribí en la parte de abajo)

Estimado Raùl Nàjera:

Recibe un saludo fraternal y afectuoso, esperando de que te encuentres bien de salud al lado de tu familia y de que todo marche bien en tus actividades diarias.

Quiero agradecerte tu comunicaciòn por medio de este correo y contarme que eres de la Promociòn del INVAL de 1966, yo te cuento que vivo en el Oriente, en la ciudad de Jalapa, y como les comentaba la vez pasada, mi hermano FIDEL DE JESUS ESCOBAR SOLORZANO, estudiò en el Inval de 1975 a 1979, fue Presidente de la A.E.I creo que en esos ultimos años y se caracterizò por ser un Joven idealista y Lider, lamentablemente tambièn como le sucediò a muchos por aquellos tiempos, cortaron su vida y truncaron su juventud, siendo asesinado un 20 de Octubre de 1980.

Yo ahora solo quiero compartir contigo un poema que hace algunos años escribì y tengo guardado (adjuntandolo a este correo) y que si ustedes consideran pueda ser publicado en la Pàgina de Internet del glorioso INVAL, indicando que està dedicado a mi hermano pero tambièn dedicado a todos aquellos estudiantes que pasaron por el INVAL y que tambièn ofrendaron su vida por ser fieles a su pensamiento distinto.

Espero que siempre estemos comunicados y en alguna oportunidad saludarnos personalmente. Màs adelante les enviarè algunas fotografias de los años de estudiante en el Inval de mi Hermano Fidel.

Hasta luego y un abrazo a todos los Invalistas.

Afectuosamente:


VICTOR MANUEL ESCOBAR
SOLORZANO (PIPO)

HERMANO MIO

Y ahí estarás siempre, con tu mirada limpia, con tu sonrisa al viento, con tu frente clara y con tu corazón contento, con pensamientos firmes, con ideales soñadores, con aspiraciones, con visiones distintas... estarás ahí, Fidel…

Y ahí en donde estás, no podrán hacerte nada, ningún daño, porque una fuerza oculta cuidará tus sueños y te hará imbatible. Sencillo y frágil como fuiste, pero imbatible.

Porque caminaste, queriendo dejar huellas distintas, de esperanza, de amor por el otro, porque fuiste fiel a lo que tu corazón te dictaba, y eso así lo viviste...

Sin miedos, hablaste, y así desde tu fragilidad

hiciste temblar al poderoso que se viste de olivo,

sin miedos, ni tapujos dijiste lo que pensabas

y al final eso te hizo ser libre como querías ser.

Aún recuerdo tu mirada profunda, tu carácter fuerte y noble a la vez, tu sonrisa de niño, tus gestos amables,

Tu voz fuerte y tu grito de libertad.

Cuantos sueños hermano mío, cuantos, para muchos quizás incumplidos.

Pero para tu corazón joven, valiente,

Fueron latentes ideales que te hicieron caminar.

Los que te hicieron daño, los que mataron tu cuerpo,

quisieron con eso callar la verdad,

eras un joven, casi un niño, pero te atreviste,

a no solo pensar distinto, sino a hablar.

Y ahora qué...?, moriste? ¡No! Seguís viviendo,

Porque después de vos, no fueron uno ni dos,

Fueron miles y miles los que desafiaron,

Los que amaron, los que actuaron, los que alzaron la voz.

Te fuiste una noche y no regresaste,

Solo la luz de la luna y las sombras de las ruinas,

Saben quienes te llevaron, quienes arrebataron tu juventud,

Quienes cobardemente dijeron ¡No! A tu vida...

Que temían...? Sí eras solo un muchacho,

un frágil y sencillo muchacho, atrevido e inteligente,

que se atrevió a desafiar al grande, al monstruo,

pero que siempre amó y quiso ser bueno...

Cuanto quisiera verte de nuevo, parado en la esquina,

sonriendo y bromeando como niño,

caminando por las calles empedradas,

hablando convencido o tocando tu marimba.

Y poder abrazarte, y poder contarte mis cosas,

mostrarte por donde he caminado, en lo que he creído,

de lo que he hablado, de lo que yo también he desafiado,

y poder decirte que he querido imitarte, y que te sigo amando.

Y tomar tus manos, sentir tu calor de hermano,

Y desahogarme y llorar en tu hombro, dormirme allí...

Y sentir que estás vivo y de nuevo reír,

Como cuando éramos niños...

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