EN EL AÑO DE 1960 INGRESÉ AL GLORIOSO INVAL, LOS INTERNOS DE AQUEL TIEMPO ME RAPARON, ME ECHARON ACEITE DE LINAZA EN LA CABEZA Y ME DIERON UN CENTAVO Y TUVE QUE IR A LA TIENDA DE DOÑA CRUZ A COMPRAR UN PAQUETE DE CIGARRILLOS Y LLEVARLE AL VIEJO (ESTUDIANTE ANTIGUO) VUELTO........NO ME FUSTRE, NO FUE MI VIEJITO A LOS DERECHOS HUMANOS, NO SE QUEJO EN LA SUPERVISIÓN, NO ME FUSTRE, NO TUVE QUE ACUDIR AL PSICÓLOGO.....TODO LO CONRARIO ORGULLOSO ME FUI AL PARQUE CENTRAL DE ANTIGUA A LUCIR MI CORTE DE PELO Y QUE AL FIN ERA.........INVALISTA. HAN PASADO 54 AÑOS Y LA TRADICIÓN SIGUE, PERO AHORA MÁS TARDE LES ESPERA LA FIESTA DE LOS PELONES (LA BIENVENIDA) Y LOS COMENTARIOS DE LOS DETRACTORES SEGUIRÁN, A LOS INVALISTAS NOS PARECE MAGNÍFICO LO QUE DIGAN, SI NO VEAN LA TRISTEZA EN LA MIRADA DEL COMPAÑERO ALUMNO QUE SUFRE EL CORTE DE PELO (EN LA FOTO), YA SE SIENTE INVALISTA Y POR LO TANTO YA PUSO UN PIE EN EL INVAL Y JAMÁS LO PODRÁ OLVIDAR.
raúl nájera.
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