Luis Roberto King Lucero, un hombre sencillo y afable, se encuentra sentado en una mesa del restaurante Doña Luisa Xicontencatl, en Antigua Guatemala, Sacatepéquez. Está en el segundo piso, frente a una ventana que da a la calle. El ambiente es tranquilo; solo se escucha el murmullo de los visitantes y el “clinc” que hacen los cubiertos cuando tocan los platos. De afuera son audibles los carruajes turísticos jalados por caballos, cuyos cascos chocan una y otra vez contra las empedradas calles de la ciudad colonial. Muy a lo lejos se escuchan los motores de los automóviles.
Desde hace 35 años, King Lucero visita ese lugar para inspirarse. Ahí ha escrito mucha de su obra literaria, la cual incluye poesía y prosa, así como teatro e himnos para algunas instituciones educativas. “Tengo un poco de todo”, refiere.
El escritor nació el 17 de noviembre de 1950 en la cabecera de Jalapa. “Allá dejé el ombligo, pero soy antigüeño”, dice con firmeza. “Aquí vivo desde los 5 años”.
Su obra literaria empezó desde muy joven. “Le escribía cosas románticas a las patojas en mi época de estudiante”, recuerda.
Luego, en Antigua, conoció al poeta Enrique Estrada Sandoval (q. e. p. d.), quien lo motivó a escribir para los concursos organizados a nivel nacional.
Empezó con cuentos infantiles. El primero fue El mundo de Tomasito, con el cual ganó un certamen literario de Teculután, Zacapa.
También tiene Barquito de papel, el cual compila 15 cuentos infantiles de su autoría.
Luego incursionó en la novela. Algunos de sus títulos son El secuestro de un ángel y María José. Esta última trata sobre los problemas con los que se encuentran los jóvenes cuando se involucran en las drogas y de lo difícil que puede ser salir de esa adicción.
Otro de sus intereses es la poesía. “Le escribo a la naturaleza”, expresa. De esa cuenta, publicó un poemario dedicado a Antigua Guatemala, aunque, claro, también ha escrito piezas para otras partes del país.
Su reciente poema, de título Cara o escudo, sin embargo, habla sobre los problemas que afronta la sociedad guatemalteca, entre ellos la inseguridad, la pobreza, el desempleo, la falta de acceso a la educación y salud y la pérdida gradual de los valores morales. Un fragmento de este es:
Se me antoja reclamar por la inseguridad / manifiesta que se vive en cada esquina o / plazuela, al subir a la camioneta para ir / al trabajo o llevar a los niños / a la escuela, / o al regresar a la casa, nuestro nido / familiar esperando encontrarla / sin que un malnacido haya violentado / las puertas y candados / para entrar a saquearla / sin ninguna pena.
Gusto por las letras
La obra de King Lucero se caracteriza por su lenguaje simple, sincero y espontáneo. “Escribo para ser comprendido”, indica, a la vez que advierte: “Esto de las letras no es para todos; hay que encontrarle el gusto, además de darle bastante tiempo y estar dispuesto a gastar mucha pluma”.
Esa paciencia le ha valido ser reconocido en varias partes del país. Este año, la Casa de la Cultura de La Democracia, Escuintla, le dedicará sus Juegos Florales, a efectuarse en diciembre. “Esa es una de mis grandes satisfacciones”, refiere.
Perfil
Es Profesor de Enseñanza Media por la Universidad de San Carlos de Guatemala (1980).
Obtuvo el título de maestro de Educación Primaria Urbana en el Instituto Normal para Varones Antonio Larrazábal, en Antigua Guatemala, Sacatepéquez (1965).
Su obra incluye cuentos como El mundo de Tomasito y Barquito de papel —infantiles—, así como El secuestro de un ángel, ¡Vaya cuentos! y Las pícaras aventuras de los Juanes. También las novelas Iracundo yMaría José, y los poemarios Lágrimas, Manantial, Rosal, Poesía para niños y Poesía a la Antigua Guatemala.
Es autor de la fotonovela Propósitos —sin publicar—, y editor de una revista local presentada desde 1995.
En el 2012, la Feria del Libro de Antigua Guatemala incluyó su nombre para reconocerle su labor literaria.
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