EUSEBIO
MARTÍNEZ “UN ORGULLO INVALISTA”
Pocas historias de Maestros egresados del INVAL tan fascinantes y cargadas de amor al
Magisterio conozco que se puedan comparar a la historia del “Orgullo Invalista”
que hoy comparto con ustedes.
Nace un 16 de diciembre de 1952 en la Antigua Guatemala y su vida
transcurre en San Pedro las Huertas, realiza sus estudios de Primaria en la
Escuela Luis Mena, recordando entre sus Maestras a Marta Bauer, Olga Díaz
Rodas, Roberto Galo.
El ciclo Básico y Diversificado lo comparte con trabajos de carpintería,
debiendo suspender algunos años de estudio (al igual que muchos de nosotros en
aquel tiempo) por su situación
económica.
De su época de estudiante Invalista recuerda con gracia una anécdota con
el famoso “Pegue” (Maestro de música de esos años) cantiniador a mas no poder,
ya que por ser amigo de una Insolista Pegue creyó que lo estaba trosiando (en idioma estudiantil).
Recuerda como Maestro a don Adrián Monzón a quien en una ocasión le
perdió la clase de Música con 48 puntos y en la retranca se la gana con 98
puntos.
Se gradúa de Maestro en el año de 1974 y en el año de 1975 es nombrado
como Director con grado a la Escuela rural de la Aldea El Resbalón de Sayaché
Petén, parte de la Antigua hacia Petén, con unos pocos quetzales en el bolsillo
y el entusiasmo de un Maestro recién graduado, llega a Flores donde no le
quieren dar posesión del cargo porque él no era el propuesto, permanece siete
día en flores, hasta que exige acaten su nombramiento pues iba firmado por el
Ministro de aquel entonces y emprende la aventura, que bien merece ser escrita
por Virgilio Rodríguez Macal, consigue ser trasladado a la aldea por unos comerciantes que
recorrían el río La Pasión, donde viaja en una pequeña lancha durante cinco
horas, siendo dejado a la orilla por los comerciantes, quienes le advierten que
en tres días regresan pensando en que al conocer la aldea regresaría
desilusionado y como en una novela
encuentra un niñito kekchi, que sin hablar español no le entiende y principia a
seguirlo pensando en encontrar la aldea, a la que al fin llega, hambriento, sin
dinero y con el deseo de iniciar su labor de Maestro…..hombres en la aldea…
ninguno, solo encuentra mujeres y duerme ese día entre unos horcones donde se
suponía era la Escuela, imagina amigo….solo, con hambre y lejos tan lejos de la
tierra amada, esto solo lo podemos entender lo que fuimos Maestros rurales,
perdidos en una montaña de nuestra patria Guatemala, allí donde el Maestro se
hace hombre y el hombre derrama lágrimas de soledad, que más tarde se
convierten en alegría y pasión por el Magisterio. A los tres días regresan los
comerciantes, seguros que el Maestro de ciudad no aguantaría la soledad, el
cambio de comida, los animales salvajes, los mosquitos y tantas cosas más de
esa bella y lejana selva Petenera, que con el aullar de los zaraguates le
recordaba donde se encontraba y a que había llegado a ese lugar…y como él dice:
“pudo más mis ganas de enseñar”.
Al recordar su primera comida me cuenta, como no comer tortillas con
carne de saber que, si en el mismo Flores se había terminado sus reservas
económicas. Y el hambre no sabe distinguir.
De esta época recuerda haber comido carne de danta o jabalí,
tepescuintle, venado, todo tipo de aves y naturalmente peces del río la pasión,
numerosas raíces comestibles de la selva. De las pocas veces que sale a
tramitar mejoras para la aldea y su escuela a Sayaxche y Flores, hace memoria
que por razones económicas prefería viajar a pié para Salir y volver a la
aldea, recorriendo la montaña dos días con sus noches que tardaba en
llegar…..que contradictorio que
actualmente algunos Maestros no aceptan plazas en aldeas de
Sacatepéquez…..porque están muy lejanas, por eso mi admiración para vos Maestro
de la montaña que no laboras tan solo por el salario.
Comparte algún tiempo con su esposa en la aldea el Resbalón, la que por
cierto conoce en cuarto Magisterio, cuando ella estudiaba en el INSOL, siendo
originaria de un municipio de Jutiapa. Un año y seis meses de aventura en la
Aldea el Resbalón, recordando cómo era el viajar de Petén en los aviones del
ejército, cuando en pleno vuelo se abrían las puertas y los motores tronaban a
cafetera en hervor……por eso considero a Eusebio Martínez “un orgullo
Invalista”, que en su mente aún guarda a sus 22 alumnos de la aldea el
Resbalón, donde antes de enseñar a leer enseñó español, donde antes de Maestro
fue médico, curandero, consejero y aventurero de la educación.
En el año de 1977 logra un traslado a la Aldea Actelá de San Luis Petén,
donde ya labora con dos Maestros más donde su incansable entusiasmo inicia
trámites para conseguir un terreno para la Iglesia de la Aldea y Escuela,
En 1978 logra acercarse a su tierra con un nuevo traslado a la Escuela
de la Aldea el Pital de Santa María Ixguatán en el departamento de Santa Rosa,
donde nuevamente es Maestro de la montaña al tener que caminar 23 kilómetros a
pie o 13 cuando lograba jalón en los camiones del ejército que en ese tiempo
construían la carretera de la franja transversal del norte.
AÑO DE 1980: Logra un traslado al caserío Pachalum de san Miguel Chicaj,
donde vive toda una aventura ya que es en los años de la guerra interna
Guatemalteca y el caserío era visitado tanto por la guerrilla como por el
ejército y cada grupo le cuestionaba sobre a quién apoyaba y al responder que
únicamente le interesaba el dar clases es perseguido, debiendo dormir escondido
en el tapanco de la escuela, bajo
muebles y ante la certeza de que un día de tantos llegarían por él, se refugia
en la Supervisión del distrito y es reubicado en la aldea la Paz de Salamá Baja
Verapaz, donde recuerda como su escuela se encontraba rodeada de Monjas Blancas
(flor Nacional) y como sus alumnos le ofrecía Quetzal (Ave símbolo Nacional) en
chimormolito, diciéndole que como era de sabroso, llovía todos los días en la
escuela por ser muy montañoso. En esta época logra graduarse de Profesor en
Enseñanza Media.
AÑO DE 1985: Permuta a la Escuela de el Puerto de Iztapa en Escuintla,
donde pasa a ser el Director por el traslado de Guillermo Gálvez (ex alumno de
la Promoción 1966), luego de cinco años y fundar la escuela de Pre primaria y
cofundar el Instituto por Cooperativa de este lugar permuta para Ciudad Pedro
de Alvarado con la finalidad de compartir con su esposa que laboraba en dicha
Escuela, donde permanece por 9 años, trabajando además en el Instituto por
Cooperativa, cerrando Pensum de la licenciatura durante este período de tiempo.
AÑO DE 1994: Gana por oposición el puesto de Capacitador Técnico
Pedagógico en la ciudad capital teniendo a su cargo las zonas 13, 14 y 21.
AÑO DE 1998: Se traslada a la Escuela Rafael Rosales de Jocotenango,
luego de vencer cierto oposición por ejercer anteriormente un cargo
administrativo, logrando jubilarse en esta Escuela.
Ejerce durante su vida Magisterial diverso cargos como representante de
Auxilio Póstumo en diferentes municipios, posee la Orden Mutualista de Auxilio
Póstumo y fue el representante de los Padres de Familia en un Congreso
Latinoamericano en la Habana Cuba (tiene una hija graduada de Médico en Cuba) y
orgullosamente labora durante un año como Catedrático del Gloriioso y
Centenario INVAL.
Créalo o no esta es la historia Magisterial de este “orgullo Invalista”
Raúl nájera.
