Almería, España. 17 de abril del 2010
Apreciado Raúl Eduardo:
Con un cordial saludo, le participo que mañana 18 de abril, cumple 30 años de fallecio el ex -alumno invalista Julio Eduardo Tejeda López, con quien mantuvimos durante los estudios de magisterio, el periódico mural "FARO DE JUVENTUD" que mereció de la APG, el primer puesto en periódicos escolares murales.
Lo felicito porque cada día se enriquece el blog invalista. Adelante. Cordialmente Mariogilberto
La Antigua que viví
FARO DE JUVENTUD
Por: Mario Gilberto González R.
A la memoria de: Julio Eduardo, Alicia y Elvira Tejeda López. Alvarito Tejeda Ramos y Rodolfo González Mazariegos (Toto)
Con especial cariño a: Elba Natividad, Hortensia, Mercedes y Angelita Tejeda López.
Al correr de nuestra educación secundaria -en el siempre querido e inolvidable Instituto Normal para Varones de Antigua Guatemala- hoy "Antonio Larrazábal", mantuvimos con Julio Eduardo Tejeda López, el periódico mural "FARO DE JUVENTUD".
El gobierno democrático del Dr. Juan José Arévalo le inyectó a la educación, aires innovadores acorde a los tiempos modernos alejados de las tiranías. Se permitió el Gobierno Estudiantil y se le dio impulso al desarrollo cultural en el teatro, la oratoria y el periodismo como medio para expresar las ideas juveniles.
El profesor don Carlos García -gran declamador y matemático- dirigió las obras de teatro. El profesor don José María Vielman España, el coro “José Lafuente”. Don Rómulo Caballeros organizó los Jueves Culturales de donde surgieron oradores, declamadores, cantantes, prositas y poetas. Los periódicos impresos El Compañero de la Escuela de Aplicación No. l -hoy "J. Adrián Coronado Polanco" y Pensamiento y Lucha -de la secundaria- habían dejado su huella cultural e incluso combativa.
FARO DE JUVENTUD, fue un exponente de ese sentir juvenil de querer expresar sus ideas y sus sentimientos. Eramos jóvenes soñadores con una alforja de ilusiones. Con vitalidad para luchar en el amanecer de la vida. Nuestra presencia en el Instituto lo evidenciaba. No queríamos quedarnos de simples "camelleros" sino ser los vendedores más grandes del mundo al decir de Og Mandino en su libro que lleva justo ese nombre. El Instituto tenía un cuerpo de catedráticos de sólida formación académica y pedagógica y era el aval para alcanzar una formación excelente. Sus frutos son evidentes
El Lic. José García Bauer fue un orador de recio verbo cultural, parlamentario y religioso; el Lic. Vicente Díaz Samayoa, fue Rector de la Universidad de San Carlos y Ministro de Educación; Lic. Fernando Juárez y Aragón, escritor y Cronista de la Ciudad de Antigua Guatemala; Augusto Meneses, poeta y prosista; Lic. Roberto Sosa Silva, ex.Viceministro de Educación y Catedrático de Filosofía en la Facultad de Derecho de la Universidad de San Carlos; Miguel Angel Rayo, José Luis Palma, Jaime Córdova Palacios, Héctor Luna Tróccoli y Timoteo Tobar Salazar, periodistas; Miguel Angel Ordoñez, locutor deportivo, Roberto Merlo, fotógrafo de prensa; Mario Melgar, Jorge Víckers y Rudy Chavarría, miembros de la selección nacional de futbol al igual que Federico La Chapuda Morales de renombre internacional. Y más de treinta y seis ex-alumnos han sido distinguidos con la Orden "Antonio Larrazábal".
Al principio, FARO DE JUVENTUD fue un simple cartón donde se pegaban las noticias. Su diseño contenía el Editorial, Un artículo de la vida estudiantil, otros sobre temas educativos, acontecimientos de la ciudad, deportes, sociales y noticias varias.
Lo cultural se alternaba con poesía, cuento sin faltar el espacio cómico donde Julio Eduardo hacía los dibujos y los firmaba con el seudónimo de Curi-Oso. Cada lunes se renovaba el material y si al correr de la semana había un suceso digno de resaltarse, se hacía una edición extraordinaria.
Los recursos del estudiante son siempre limitados. Su entusiasmo no encuentra, a veces, respuestas de apoyo y muchas ilusiones se quedan en el camino. En nuestro caso fueron Sor María Salazar, Superiora del Asilo La Santa Familia y Sor Josefa Bustamante Directora de la Escuela de Varones del mismo Asilo, quienes nos dieron un apoyo maravilloso. Sor María nos dio en préstamo una máquina de escribir para sacar en limpio los trabajos y nos hizo un espacio en el Recibidor para hacerlo. Sor Josefa con darnos material novedoso. Después nuestro compañero de estudios Rodolfo González Mazariegos (Toto) compró una maquinita de escribir portátil y nos la dio en préstamo para que en nuestras casas escribiéramos directamente los artículos del periódico. Esa generosidad no se olvida.
Con nuestros escasos recursos económicos, comprábamos el papel bond, la tinta china y otros materiales necesarios. A pesar de esas limitaciones, ningún lunes dejó de aparecer FARO DE JUVENTUD.
Julio Eduardo era muy ingenioso. De familia conocía el oficio de la carpintería. Su padre don Nicolás Tejeda dominaba varias ramas de la carpintería. El banco, la talla, el artesonado y el torno. Y Julio en sus horas libres había aprendido el oficio. Se le ocurrió cambiar el formato del periódico. La base fue una tabla rectangular más grande que la del cartón y el marco así como las columnas y las divisiones de secciones fueron reglitas de media caña barnizadas y movibles. Su aparición fue de un efecto sorprendente. Tanto las autoridades educativas como los lectores estudiantes, expresaron sus felicitaciones por ese logro. FARO DE JUVENTUD se lucía en la puerta del aula y cada lunes en la hora del recreo se peleaban por ser los primeros en leerlo.
Nuestras lecturas, nuestros nuevos temas aprendidos en las clases, nuestras reflexiones y nuestras inquietudes históricas y literarias las expusimos en las columnas de FARO DE JUVENTUD, como primicias de otros logros. Cabía aquella máxima francesa "si la juventud supiese; si la vejez pudiese. "Se quiere significar lo que los jóvenes serían capaces de realizar si tuvieran la experiencia y la sabiduría de los que han llegado a la ancianidad". Había mucha fuerza en las alas juveniles para levantar el vuelo en busca de espacios infinitos. Y eso hacíamos nosotros con Julio Eduardo cuando llenos de emociones redactábamos las columnas de FARO DE JUVENTUD. Previamente intercambiábamos ideas, seleccionábamos el material y cada quien se entregaba a elaborarlo. Una entrega apasionada. Un resultado emotivo.
La Asociación de Periodistas de Guatemala -APG- convocó a un concurso de Periodismo Escolar en las ramas de mimeografiado, impreso y mural. FARO DE JUVENTUD participó en el área de Mural. ¡Sorpresa! alcanzó el Primer Lugar. En un acto público con asistencia de profesores y estudiantes la Novia de los Periodistas señorita María Eugenia Valladares Molina, hizo la entrega del premio consistente en un lote de libros y un diploma. Los libros los compartimos con Julio Eduardo y el Diploma lo entregamos a la Dirección del Instituto antigüeño.
El esfuerzo para mantener FARO DE JUVENTUD no fue en vano. FARO DE JUVENTUD era la síntesis de ideales y de aprendizajes. Ideales y aprendizajes que fueron -más tarde- la zapata del gran edificio de nuestras vidas.
Julio Eduardo nos abandonó el 18 de abril de 1980. Y en su oración fúnebre, no solo resalté sus altas cualidades de amigo verdadero sino sus cualidades magisteriales, humanas e intelectuales. Julio Eduardo fue un maestro muy querido en el Colegio Constancio C. Vigil y como amigo, íntegro, sin envidias ni rencores. Sencillo y servicial. Su casa fue mi casa. Su familia mi familia. Los viernes por la tarde cuando retornaba a Antigua, me esperaba en la agencia de buses. Me tomaba la valija y al llegar a su casa doña Sofía amorosamente en una mesa con mantel blanco nos tenía preparada una refacción. Salíamos a visitar a los amigos y en la noche terminábamos dando vueltas y vueltas al rededor del Parque Central. Conversábamos sobre infinidad de temas propios de jóvenes soñadores. Esa amistad se extendió años después a mi esposa y a mis hijos. La Semana Santa era la gran fiesta familiar. Túnicas moradas y negras, lanzas e incensarios llenaban los dormitorios y pasillos de su casa. Muy triste era cuando en cumplimiento de obligaciones retornábamos a nuestros quehaceres diarios.
¿Cómo poder olvidar cincuenta años después esa página especial de nuestras vidas? Está viva. Nos emociona recordarla. Es volver a conversar con Julio Eduardo en la distancia del tiempo y del espacio sobre nuestras soñadoras inquietudes. Es como dice Ortega y Gasset "volver a pasar por el corazón lo que ya una vez pasó". Julio Eduardo duerme y yo vigilo su sueño sosteniendo en mis manos a FARO DE JUVENTUD.
Mario Gilberto González R.
Almería, España. 4 de Diciembre de 2003.